martes, 2 de diciembre de 2014

PAUTAS PARA LOCUTAR EN LA RADIO

La fugacidad y la no retornabilidad que caracterizan a los mensajes radiofónicos exigen una claridad enunciativa que, como hemos visto, afecta a la redacción, pero también al proceso de transformación del texto en sonido. La radio, más que cualquier otro medio audiovisual, reclama un escrupuloso dominio de la dicción acústica y de la expresión sonora oral.
Aunque son muchas las variables que intervienen en la locución, aquí solo vamos a centrarnos en las más importantes (la vocalización, la articulación, la entonación, el ritmo y la actitud), en tanto que son las que determinan el grado de inteligibilidad de cualquier discurso verbal radiofónico. 
La vocalización consiste, como su propio nombre indica, en pronunciar correctamente todas y cada una de las vocales que aparecen a lo largo de la cadena hablada, mientras que laarticulación no es más que enunciar de una forma clara y precisa las consonantes. Sin embargo, a menudo enlazamos erróneamente palabras ("El error esdella, en vez de de ella; "Dice qu´hace frío, en vez de que hace); omitimos fonemas (integrao, por integrado); articulamos mal un sonido (esamen, en vez de examen), etcétera.
Estos errores empobrecen notablemente la dicción, por lo que en la locución debemos procurar neutralizarlos. Son vicios que se pueden corregir fácilmente, aunque para ello es necesario percatarse de su existencia y dedicar algún tiempo a la gimnasia bucal realizando los siguientes ejercicios:
1.- Transcribir verbalmente un texto con un obstáculo en la boca. Uno de los remedios más efectivos consiste en sostener con los dientes un lápiz o un bolígrafo en posición horizontal y leer en voz alta.
2.- Abrir y cerrar la boca varias veces, hasta el límite de nuestras posibilidades.
3.- Masajear con la lengua todos los rincones de la cavidad bucal.
4.- Pronunciar un texto sílaba a sílaba, en voz alta y exagerando la gesticulación bucal.
5.- Leer un texto simulando distintas situaciones: riendo, llorando, cantando, gritando, susurrando, etc.
En el terreno de la locución radiofónica, es lógico pensar que la entonación guardará una estrecha relación con el tipo de texto que vayamos a transcribir oralmente. Sin embargo, para que tu discurso resulte atractivo y no acabe aburriendo a los oyentes, te recomendamos que huyas de la linealidad entonativa y que construyas con tu voz una curva melódica en la que se combinen distintas alturas tonales. 
En cuanto al ritmo, señalaremos que está en sintonía con los movimientos de la realidad que pretendas describir, pero recuerda que también resulta ser crucial para atraer y mantener la atención de los radioyentes, para recrear estados de ánimo, o para comunicar diferentes sensaciones. Cualquier discurso verbal presenta una estructura rítmica interna determinada por la duración de las sílabas, la longitud de los grupos fónicos y la duración de las pausas que separen dichos grupos fónicos. Por eso, en función de la sensación que quieras despertar en el oyente, la simple manipulación de la estructura rítmica interna será suficiente para que, al sonorizar un texto, en la mente del receptor generes una imagen de tranquilidad y sosiego (pausas largas, grupos fónicos extensos, etc.) o, por el contrario, una impresión de nerviosismo y tensión. 
En relación con la actitud, avanzaremos que ésta está íntimamente ligada con la disposición del locutor a comunicar y, sobre todo, con la manera de hacer frente a la tarea verbal propuesta. En el caso de la radio, la actitud se fragua desde el momento en que el locutor se coloca ante el micrófono, y se adopta una u otra según el género programático, los contenidos que se están abordando, el público al que se dirige, etcétera. 

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